Meeting de Veterans i Veteranes de Catalunya

Eufórico. Mejor marca personal en 1.500 al aire libre y unas sensaciones casi diría inmejorables todo y el calor, que apretó con ganas.

Llegamos a las pistas de la Mar Bella una hora y algo antes de que empezaran las series de 1.500. Recogí mi dorsal junto con una bolsa de tela de las que tan bien van para guardar las zapatillas y una botella de agua, cortesía de la organización.

Dejé a Mónica y a los peques en las gradas y me dirigí hacia los vestuarios para cambiarme y empezar a calentar.

Los vestuarios de las instalaciones de la Mar Bella están justo a pie de pista, debajo de las gradas, y disponen de armarios con llave para dejar la mochila. Perfecto.

Estaba a punto de salir a rodar y en ese momento entraron varios compañeros del CN Caldes. Pensaba que no iban a asistir al meeting y siempre se agradece calentar en compañía, a parte de que con alguno de ellos tengo tiempos similares en la prueba lo que me permite correr con alguna referencia.

Para esta vez, dado que iba a ser el último 1.500 de la temporada, hice algunos cálculos de tiempos de paso para estar entre 4:40 y 4:45. La estrategia, la misma que para el campeonato de Catalunya: no dejarme llevar por los atletas que corren mucho más que yo en el primer 300, correr los dos 400 siguientes a buen ritmo y cambiar en el último 4.

Me tocó correr en la primera serie y precisamente con el compañero que mencionaba. Bien.

El juez pasa lista, nos vamos colocando por orden desde la calle uno. Una vez estamos todos y a la señal del juez nos ponemos en la línea; disparo y salida.

El 300 sale a 56 segundos, más o menos según lo previsto. Aquí ya se destacan cinco atletas y me quedo en el grupo perseguidor compuesto por siete atletas más, yendo yo el cuarto de ellos al paso por meta.

Al inicio del primer cuatro me coloco tercero del grupo, que sigue estando bastante compacto; hay un momento en el que me pongo segundo pero al poco me pasa un atleta del Nou Barris y se cuela justo delante mío, no adelanta ninguna posición más. Paso por meta en 1:17. Un poco más lento de lo previsto pero bueno, tampoco me preocupa y voy muy bien.

Durante el segundo 400 no hay cambios en las posiciones del grupo, vamos todos a velocidad de crucero, supongo que con la misma intención: guardar un cartucho para el último 4; en mi caso me encuentro perfecto y decido empezar a cambiar un poco antes de la recta, antes de finalizar la vuelta, y en ese momento me coloco segundo de nuevo. Empecé a dar caza al primero del grupo y justo un poco antes de finalizar la vuelta lo paso. Este 400 sale también a 1:17, como el anterior, que ya era la intención.

Al inicio del último 4 voy ya bastante enchufado pero al sonido de la campana apreto aun más. Ni miro hacia atrás. Me limito a correr y a concentrame en un buen sprint final. Llego a la última curva ya un poco tocado pero siempre me queda algo para el final... Sprint en la recta a todo lo que puedo marcando 1:11 en el último 4; al resto del grupo les acabo sacando unos 7 segundos.

El crono oficial fue de 4:43 y 6o clasificado de la serie.

Por porcentajes según la edad quedé bastante peor, el 15 de las dos series.

Es curioso esto de los porcentajes; el primer clasificado de mi serie, todo y haber finalizado en 4:16, muy buena marca, acabó cuarto. 

Pero una vez más me importan bien poco el tiempo y la posición. Qué sensaciones. Las mejores que he tenido en pista, con un control de mí mismo y del ritmo que nunca había experimentado. Y creo que puedo hacerlo mucho mejor.

Además estrené zapatillas de clavos. Alguna vez he mencionado que por inexperiencia las Nike Zoom Rival que usaba hasta ahora las compré demasiado grandes; el dedo gordo me quedaba un poco detrás del clavo de la punta y no podía acabar de desarrollar la zancada para dar el impulso final con la pierna estirada. Las zapatillas de clavos tienen que quedar justas. Y así me compré las Adidas Arriba que usé el sábado. Qué diferencia, mucho más cómodas que las Nike, tienen menos refuerzos en los laterales y mis pies de hobbit (por lo ancho, no por lo peludo) se acomodan mejor; ahora el dedo gordo me queda encima del último clavo. Para acabar de mejorar la cosa, los clavos que vienen de serie son de los de aguja, ideales para tartán. Uniendo todos estos factores, me sentí casi tan cómodo como si llevara puestas mis Merrell Trail Glove, bueno, igual exagero un poco, que las Merrell dejan mucho más espacio para los dedos.

Y esta ha sido la última prueba "seria" de la temporada. Ahora ya a disfrutar de los entrenamientos con los amigos y quizá participar en alguna cosa más pero a nivel totalmente lúdico.