Este domingo pasado se celebró en Calella el Campeonato de Catalunya de Veteranos de pista al aire libre.
Yo estaba inscrito al 1.500.
Las series del milqui empezaban a las 17:25 y llegamos sobre las cuatro.
El planteamiento de carrera que tenía en mente esta vez iba a ser no dejarme llevar demasiado por la inercia de la salida, mantener un ritmo digno y dosificar de manera que me quedara por lo menos un cambio al final.
En ningún momento me pasó por la cabeza un tiempo objetivo ni un ritmo concreto que llevar, al fin y al cabo estoy aprendiendo; en la pista soy veterano por edad, no por experiencia.
Esta vez vinieron a verme mis padres también. Ya les dije hacía días que se reservaran el 10 de junio y así lo hicieron. Me encanta que vengan a verme. Besos desde aquí, que sé que me leen.
El calentamiento, alrededor de la pista, consistió en un rodaje suave de unos 20 minutos. No me dio tiempo de mucho más; después de hacer un par de rectas vi que la mayoría de atletas participantes en el milqui se dirigían a la zona de llamadas, así que cogí la bolsa con las zapatillas de clavos, la camiseta de tirantes del club con el dorsal puesto y allá que me fui.
Antes de que el juez pasara lista para colocarnos en la línea aún me dio tiempo de hacer algún progresivo más para ir entrando en materia. Y ahí me di cuenta de lo incómodo que me siento con los clavos, aunque todavía no sé si es por las pocas veces que me los pongo o porque elegí una talla demasiado holgada. Tiendo a pensar esto último.
En la salida me tocó por la calle del medio, aunque no es algo que me preocupe, al menos por ahora. Disparo y salimos, como no puede ser de otra manera, a toda pastilla.
Al principio me dejo llevar y después de algún que otro roce me coloco el sexto dentro del pelotón de atletas. Ya en el primer 300 se empieza a ir un grupo de cuatro atletas, todos vamos más rápido de 3 el mil pero estos van considerablemente más rápidos. Me voy quedando con el quinto pero veo que también va algo fuerte para lo que tengo en mente, así que lo dejo ir y me mantengo al ritmo que creo voy a poder aguantar, sobre 3 y algo como vi después. Ese ritmo hace que quien llevo delante se vaya escapando poco a poco y que los que llevo detrás se vayan quedando, con lo que antes de completar la primera vuelta ya me encuentro haciendo mi propia carrera. Más tarde me dí cuenta de que, dada la distancia que llevaba respecto a mis perseguidores, tendría que haber arriesgado e intentar atrapar al atleta que llevaba delante, o mejor, no haberlo dejado escapar, si más no, no demasiado. Quizá debería confiar un poco más en mi capacidad, creer en mí como dice Tasio.
Me mantuve hasta la penúltima vuelta; al sonido de la campana incrementé el ritmo y en la recta aún apreté un poco más.
Pasé la meta en 4:45 y me clasifiqué 6º de mi serie y categoría.
Peor tiempo que en pista cubierta (4:41) pero las sensaciones fueron muchísimo mejores a pesar del calor (mucho); creo que porque me supe regular algo mejor. A parte de que el número de vueltas es la mitad que en pista cubierta y se hace quizá menos agobiante.
Una vez acabé enfrié un poco trotando suave, estiramientos, ducha y a ver un rato las pruebas que quedaban.
Esta vez me quedé con ganas de más, y no sólo eso, sino que me quedé con ganas de haberme inscrito a otra prueba de distancia más corta, un 400, o incluso un 200. Creo que para el meeting de Veteranos del día 23 me inscribiré a algo más que al 1.500. Me lo tengo que pensar...
Yo estaba inscrito al 1.500.
Las series del milqui empezaban a las 17:25 y llegamos sobre las cuatro.
El planteamiento de carrera que tenía en mente esta vez iba a ser no dejarme llevar demasiado por la inercia de la salida, mantener un ritmo digno y dosificar de manera que me quedara por lo menos un cambio al final.
En ningún momento me pasó por la cabeza un tiempo objetivo ni un ritmo concreto que llevar, al fin y al cabo estoy aprendiendo; en la pista soy veterano por edad, no por experiencia.
Esta vez vinieron a verme mis padres también. Ya les dije hacía días que se reservaran el 10 de junio y así lo hicieron. Me encanta que vengan a verme. Besos desde aquí, que sé que me leen.
El calentamiento, alrededor de la pista, consistió en un rodaje suave de unos 20 minutos. No me dio tiempo de mucho más; después de hacer un par de rectas vi que la mayoría de atletas participantes en el milqui se dirigían a la zona de llamadas, así que cogí la bolsa con las zapatillas de clavos, la camiseta de tirantes del club con el dorsal puesto y allá que me fui.
Antes de que el juez pasara lista para colocarnos en la línea aún me dio tiempo de hacer algún progresivo más para ir entrando en materia. Y ahí me di cuenta de lo incómodo que me siento con los clavos, aunque todavía no sé si es por las pocas veces que me los pongo o porque elegí una talla demasiado holgada. Tiendo a pensar esto último.
En la salida me tocó por la calle del medio, aunque no es algo que me preocupe, al menos por ahora. Disparo y salimos, como no puede ser de otra manera, a toda pastilla.
Al principio me dejo llevar y después de algún que otro roce me coloco el sexto dentro del pelotón de atletas. Ya en el primer 300 se empieza a ir un grupo de cuatro atletas, todos vamos más rápido de 3 el mil pero estos van considerablemente más rápidos. Me voy quedando con el quinto pero veo que también va algo fuerte para lo que tengo en mente, así que lo dejo ir y me mantengo al ritmo que creo voy a poder aguantar, sobre 3 y algo como vi después. Ese ritmo hace que quien llevo delante se vaya escapando poco a poco y que los que llevo detrás se vayan quedando, con lo que antes de completar la primera vuelta ya me encuentro haciendo mi propia carrera. Más tarde me dí cuenta de que, dada la distancia que llevaba respecto a mis perseguidores, tendría que haber arriesgado e intentar atrapar al atleta que llevaba delante, o mejor, no haberlo dejado escapar, si más no, no demasiado. Quizá debería confiar un poco más en mi capacidad, creer en mí como dice Tasio.
Me mantuve hasta la penúltima vuelta; al sonido de la campana incrementé el ritmo y en la recta aún apreté un poco más.
Pasé la meta en 4:45 y me clasifiqué 6º de mi serie y categoría.
Peor tiempo que en pista cubierta (4:41) pero las sensaciones fueron muchísimo mejores a pesar del calor (mucho); creo que porque me supe regular algo mejor. A parte de que el número de vueltas es la mitad que en pista cubierta y se hace quizá menos agobiante.
Una vez acabé enfrié un poco trotando suave, estiramientos, ducha y a ver un rato las pruebas que quedaban.
Esta vez me quedé con ganas de más, y no sólo eso, sino que me quedé con ganas de haberme inscrito a otra prueba de distancia más corta, un 400, o incluso un 200. Creo que para el meeting de Veteranos del día 23 me inscribiré a algo más que al 1.500. Me lo tengo que pensar...
Aunque no hayas hecho marca personal, seguro que te sirve para ir aprendiendo a correr pruebas tan cortas.
ResponderEliminar¿Cuanto te sacó el 5º clasificado? Si te sacó un margen inferior a 4 segundos ya sabes que deberías haber seguido su ritmo para estar cerca de tu marca.
Me sacó 14 segundos.
ResponderEliminarNo lo hubiera atrapado pero seguro que me hubiera motivado a ir más rápido. :-)