Los que me vais leyendo ya sabéis que estoy preparando un milqui para dentro de dos semanas.
Voy a ir explicando por aquí como van los entrenamientos específicos pues son algo totalmente nuevo para mí, con sensaciones diferentes de lo que han sido hasta el momento.
Uno de los objetivos ahora es acostumbrar al cuerpo a otro tipo de fatiga.
Por ejemplo, el martes hicimos series cortas, de 300 metros, a tope pero con mucha recuperación.
Esto no tiene casi nada que ver con otros entrenamientos que haya realizado antes; en este caso, hay que olvidarse de las repeticiones que quedan y darlo todo en cada una de ellas.
Después del primer 300 las piernas se me quedaron como dos bloques de granito.
Claro que la recuperación es lo suficientemente larga como para salir a tope de nuevo en la siguiente repetición; se trota suave y las piernas se van soltando poco a poco.
Respecto a la intensidad tengo que decir que me costó un poco entender el concepto "a tope"; prueba de ello es la diferencia de tiempo entre la primera y la última repetición: 50 segundos y 45 segundos respectivamente, todo un mundo en una distancia tan corta.
Un 300 en 45 segundos viene a ser un ritmo de 15 segundos en los 100 metros. Es bastante rápido para lo que he venido haciendo hasta ahora.
Qué sensación la de ir a toda máquina.
Uf, para mí, maratoniano diesel-special-gama superior, estás corriendo más rápido que la velocidad de la luz, pero es lo que hay que hacer, así que ánimo y a seguir entrenando ese mil quinientos; un abrazo, fiera.
ResponderEliminar¡Gracias por los ánimos! :)
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