Otro año más corriendo el 10K del pueblo que me ha visto crecer.
Y otro año más sufriendo su duro recorrido.
Fue hace ya una semana y esta vez llegaba un poco más bajo de forma que en anteriores ediciones. O eso pensaba yo... Comentaba con los compañeros antes de la salida que podía estar contento si bajaba de 43 minutos pero acabé haciendo mi mejor marca en la prueba. 41:54.
La climatología nos respetó bastante, no hizo un día especialmente caluroso. A primera hora estaba el cielo algo tapado con lo que el sol no molestó demasiado. Yo por si acaso, como ya me conozco este 10K, me puse la gorra y las gafas de sol que me vinieron muy bien en cuanto se despejó durante la carrera.
La primera vuelta de las dos que conforman los 10 kilómetros la aguanté bastante bien, mejor de lo que esperaba, con un par de kilómetros después del primero a ritmo de 3:45. Pensaba que los rodajes por montaña y la bici de este último mes me habían hecho perder velocidad pero no, no he perdido mucha, lo que sí, como consecuencia de bajar el nivel de entreno y dejarme ir un poco con la dieta -es lo que toca en veranito-, es que no puedo aguantar ciertos ritmos durante mucho tiempo y ese mismo tramo me salió a 4 pelaos en la segunda vuelta.
Acabé contento y con la sensación de que podría haber apretado un poco más pero lo mejor vino después: el debut de Erik en una carrera.
Evidentemente para los tan pequeños es un evento lúdico para que se pongan un dorsal emulando a sus padres. Pero eso sí, con su salida desde el arco, tráfico cortado y moto escoba de la policía local y ambulancia en un recorrido nada menos que de 400 metros, criaturas. Algún tramo tuve que llevarlo a cuestas pero la llegada a meta la hizo él solito. Espectacular.
Esto es un poco después de la salida. No iba muy convencido con un montón de niños mayores que él corriendo y la gente animando:
Ya sé que diréis que es amor de padre pero mirar como apoya el tío (sí, está desenfocado, pero tenía que subirla):
Lo bien -¡y rápido!- que corre, llevando el pie hacia el culo, sin inclinarse por la cintura y aterrizando de medio pie. No sé si es que se fija en mí o qué, que no es que tenga una técnica espectacular pero procuro exagerar un poco el gesto cuando me hace correr junto a él. Supongo que algo se le queda. A parte que como sabéis viene a casi todas mis carreras. Ayer por ejemplo se quedó embobado viendo el milqui de los mundiales de Daegu por la tele. "Mé" -más- que decía cuando acabó.
Y por supuesto a la llegada tuvo avituallamiento:
Todo un campeón.
¡Qué mono! Pero si es súper chico y nada menos que 400 m! Se me han caído las babas de mirarlo, todo metido en su papel :P
ResponderEliminarFelicidades al pequeño campeón (se lo dices de mi parte) y al papá por supuesto, pero esta vez has sido eclipsado por el pequeñajo...
Saludos.
Para babear, qué otra cosa se puede decir... :) El mío debutó bastante más grande, pero qué momento, creo que estaba yo más nervioso.
ResponderEliminarLos niños, por defecto, corren muy bien. Las zapatillas y los malos hábitos les hacen empeorar con la edad. Pero Erik además tiene un ejemplo a seguir que le va a llevar por muy buen camino. Venga, que pronto dejas de correr y te harás entrenador... ;)