sábado, 20 de febrero de 2010

Rodaje pasado por agua

Ayer salí a correr. Tocaba rodaje suave de 45 minutos.

Normalmente los viernes, como tengo la tarde libre, suelo salir después de la merienda del peque, lo que implica estar menos tiempo con él y su mami así que ayer, para aprovechar mejor el tiempo y además poder ir a comprar los tres al mercado, dejé el entrenamiento para última hora después de dejar a Erik en su cuna.

Tampoco se me hizo muy tarde para salir (las 20:45) pero reconozco que correr era lo último que me apetecía. Qué le vamos a hacer, el atletismo requiere dedicación y si queremos progresar hay que ser constante y disciplinado (hay veces que no sé de dónde saco tanta fuerza de voluntad).

Me puse las mallas largas, camiseta ajustada de manga larga, cortavientos, unos guantes y salí a la calle.

Caían cuatro gotas, cuatro gotas que rápidamente se convirtieron en una auténtica ducha de agujas heladas. Además al principio hacía algo de viento y la verdad es que lo pasé un poco mal pero ya que estaba en la calle y calado hasta los huesos decidí llegar hasta el final y acabar el entreno.

Tampoco estuvo tan mal, aunque llover llovió todo el rato, peor fue un pequeño dolor en el tobillo izquierdo que me estuvo acompañando durante todo el recorrido. Ya lo he tenido otras veces y se acaba pasando sin hacer más que ponerme una tobillera y crema efecto calor, así que tampoco me preocupó mucho.

Finalmente fueron unos 43 minutos a un ritmo de 4:40 min/km y 146 ppm. Poco más de 9 kilómetros.

Cuando llegué a casa, Monike, que piensa en todo (santa paciencia que tiene conmigo y mis entrenos), ya me tenía preparada una toalla en la entrada para secarme y quitarme la ropa mojada.

Estiramientos, ducha y relax. Qué bien que me sentaron la pizza que nos comimos para cenar y una cervecita fresquita de la nevera-balcón.

Y por cierto, recuperé unas viejas amigas: unas Brooks Adrenaline GTS 8. Están ya algo sobadas pero resulta que ayer por la mañana tuve visita con el doctor Sánchez-Osorio (podólogo deportivo para los que no lo sabéis, MUY bueno) y se quedó mis plantillas para hacerles unos ajustes, así que me calcé las Brooks con control de pronación; les quedan todavía unos kilómetros y la amortiguación está bien.

Otro día os hablaré del doctor Sánchez-Osorio, por si os queréis hacer un estudio biomecánico de la marcha.

Saludos.

2 comentarios:

  1. LLegó chorreannnnnnnnndo!!!! Menos mal que mientras preparaba la pizza, estaba recogiendo los enseres y vi un peazo de relampago y dejé la toalla en la entrada... :| Salió tarde para estar con nosotros... :D pero no se puede quejar, que le recompensé, con la pizza del año! :D

    ResponderEliminar
  2. ¡Tenéis unas mujeres que no os las merecéis, santas compañeras!

    A mi también me ha pasado alguna vez. Estar el día algo nublado y salir a trotar. En medio del entrenamiento caer el diluvio, pero eso a mi me gusta. No sé, será que soy gallego...

    ResponderEliminar